La accesibilidad a Internet en el mundo: un proceso desigual pero inevitable
Eric Gutiérrez García
Desde su origen hasta la actualidad el internet ha sido concebido como uno de los más grandes inventos en la historia de la humanidad, lo cual difícilmente se puede cuestionar, considerándolo no solo un gran avance sino una parte importante en la transición a una nueva era digital. El internet se ha incrustado en la sociedad como sinónimo de innovación, desarrollo tecnológico y científico. Sin duda tiene múltiples ventajas como el acceso instantáneo a la información, nuevas herramientas de aprendizaje, conectividad en todo el mundo, entre muchas otros. El uso del internet además de los beneficios mencionados ha respondido al sistema económico capitalista, facilitando el desarrollo de las fuerzas productivas, siendo parte clave para el “auge” del sector financiero, facilitando el proceso de globalización, abriendo nuevos mercados, incrementando la publicidad, permitiendo más información sobre el mercado y desarrollando nuevas tecnologías. Por todo esto el acceso a internet se ha vuelto algo valioso para las economías capitalistas y se ha vinculado al bienestar social.
La accesibilidad a internet representa el proceso histórico de este, pasando desde un uso limitado para un gobierno hasta llegar al uso mundial de 4 648 228 067 personas. Los primeros pasos del internet fueron enfocados a instituciones, al gobierno y a universidades, pero a partir del desarrollo de las PC en la década de los 80´s procedió una clara expansión mundial del internet. En los primeros años del siglo XXI hasta la actualidad el crecimiento de la accesibilidad a internet ha sido exponencial e imparable, en realidad, la historia del internet ha sido muy intensa, en un periodo relativamente corto ha logrado expandirse en todo el mundo y se mantiene evolucionando constantemente. Pero con todo el avance tecnológico y su expansión, el acceso a internet sigue representando un proceso desigual y de gran limitación en algunas regiones, mientras en unos países puede ser algo tan común como los servicios básicos, en otros países hay una gran barrera económica que no permite el acceso a este servicio. A continuación, se presenta una tabla que señala el porcentaje de la población que puede acceder a internet en el mundo.
La tendencia de la tabla anterior del año 2000-2018 muestra un constante incremento en la accesibilidad a internet en todo el mundo, pero también señala la gran diferencia que existe entre las diferentes regiones. Esta disparidad se representa mejor en la siguiente gráfica, que plasma un panorama actualizado de la población con acceso a internet según su región.
De acuerdo con los datos de la tabla y la gráfica anterior podemos determinar que la tendencia de la accesibilidad a internet va en un constante y acelerado aumento. Cada año en todas las regiones más personas tienen internet a su disposición, esto sin duda es resultado de un proceso natural de los avances científicos. Cuando recién son descubiertos y entran al mercado, los productos son escasos, costosos y hasta cierto punto primitivos, conforme pasan los años se van volviendo mucho más sofisticados, menos costosos y aumenta su disponibilidad como ocurrió con la luz o la imprenta. Esto mismo ocurrirá con el internet, conforme pasen las décadas seguirá aumentando su accesibilidad en la población mundial, el avance tecnlógico cada vez será más sofistocado y requerirá una red más compleja, los precios se abaratarán aún más y tal vez en un futuro más lejano se universalice; es un proceso inevitable pero desigual.
La brecha que existe entre las diferentes regiones es considerable, por un lado, tenemos que la población con acceso a internet en el año 2017 para la región de África al sur del Sahara fue de 25.4% y de Asia meridional un 30.1%, mientras que en la región de América del Norte y la Unión Europea en el mismo año tuvieron 87.6% y 78.8% respectivamente. La desigualdad entre las diferentes regiones es muy notable y preocupante, pero esto solo es el reflejo de problemas estructurales mucho más complejos del sistema económico capitalista. Lo que se observa es una gran desarticulación entre los avances científicos y las economías tercermundistas.
Cuando un avance tecnológico pasa su fase primaria comienza un proceso de expansión mundial volviéndose más accesible y mejorando su calidad, pero este proceso puede demorar demasiado tiempo para ciertos países, representando así una constante desventaja para las naciones que se encuentran en “eternas” vías de desarrollo. Mientras el desarrollo científico y tecnológico mantiene una marcha acelerada, muchos países se encuentran sumergidos en pobreza extrema, la oferta tecnológica en realidad no encuentra la demanda que pudiera satisfacer, los avances tecnológicos continúan y los precios de la tecnología anterior se reducen, convirtiéndose cada vez más asequibles para gran parte de la población, por lo tanto, se llega a relacionar el desarrollo tecnológico con el bienestar social; no obstante, los niveles de pobreza, desempleo y desigualdad no muestran una reducción significativa, por eso aunque algunas de las ventajas resultantes de la propia naturaleza del internet son nítidas, los problemas económicos de la periferia se perciben íntimos y perennes. Por ejemplo, con los automóviles que en un principio eran totalmente reservados para la burguesía, en la actualidad muchas más personas tienen la posibilidad de tener un automóvil, o con la luz eléctrica que en México ha alcanzado un 98% de disponibillidad en los hogares según datos de INEGI, pero se estima que el 46.2% de la población vive en situación de pobreza, finalmente el hambre se combate con comida y el desempleo con empleo.
La accesibilidad a internet seguirá aumentando en todas las regiones y cada vez el porcentaje se acercará más al 100%, de hecho, podríamos decir que la región de África al sur del Sahara alcanzó los niveles de la Unión Europea pero con una brecha temporal de 18 años, cuando el mundo se acerque a los más altos niveles de accesibilidad a internet seguramente habrá nuevas tecnologías en vanguardia que no serán asequibles para las regiones con menores ingresos, de tal forma que el acceso a internet al haber llegado muchos años más tarde para algunos, limita la posibilidad de desarrollar nuevas tecnologías para salir del bucle de dependencia económica en la que se encuentra la periferia respecto a los países centralistas.
El análisis por regiones es significativo, pero cuando comparamos los países con mayor y menor accesibilidad a internet no solo hablamos de una gran brecha sino de dos realidades totalmente distintas donde en un país el internet existe para toda la población y en otro simplemente no existe. En la siguiente tabla se muestran algunos de los países que tienen mayor acceso a internet y en la segunda tabla algunos de los países con menor acceso a internet.
Como era de esperarse, la tabla con los países que tienen el más alto porcentaje en accesibilidad a internet forman parte de Oriente Medio dónde exíste una gran ríqueza de petróleo y una inmensa acumulación de capital, o de Escandinavia que siempre se ha caracterizado por tener los mejores sistemas educativos, los más altos niveles de felicidad y bienestar social.
En la tabla anterior se muestran cinco países en los que el internet es casi inexistente. Si lo comparamos con los altos niveles de pobreza extrema, la ausencia de salud, de educación y de bienestar social podemos decir que el nulo acceso a internet es un problema que pasa a segundo plano pero que no deja de ser un reflejo de la falta de desarrollo y bienestar social. Los problemas económicos que tienen algunos países dentro del sistema económico perdurarán pese el desarrollo tecnolóico y científico, de hecho, el avance tecnológico puede agravar la situación económica o llegar a ser muy destructiva sino se analiza a profundidad su uso. Por su parte el internet que ha sido una herramienta fundamental en los últimos años para la economía, representa una valiosa ventaja para la población que puede acceder a este servicio y a la vez una herramienta que agrava el rezago de la población que no tiene posibilidad de acceder.
Tras la pandemia hubo quienes afirmaron que el COVID-19 había afectado a todo el mundo por igual, sin distinción de clases sociales, pero esto contradice la realidad, pues la pandemia ha logrado profundizar la desigualdad social. Si bien es cierto que el virus afecta a todas las personas, la crisis económica emanente de la pandemia ha desvaforecido mucho más a la clasa social baja. La necesidad del aislamiento ha desatado una de las peores crisis mundiales en la historia del capitalismo, provocando una enorme caída en la demanda y paralaizando la circulación del trabajo, las mercancías y el dinero. Las empresas como los trabajadores se han visto afectados por el aislamiento, teniendo que frenar sus actividades, pero el internet ha logrado ser para algunos una gran herramienta que ha facilitado la activación del trabajo, las clases y el comercio en línea. El hecho de que la pandemia se propagara primeramente en Europa y Asia Central sirvio como ejemplo sobre las medidas de prevención y acción que se debían tomar contra el COVID-19 pero que no eran posibles para todo el mundo. Las escuelas optaron por las clases en línea, las empresas por el trabajo en casa y la compra-venta de mercancías se realizó en línea, estas medidas se divulgaron como la forma obvia y cosecuente por el aislamiento, pero de acuerdo a nuestra investigación podemos afirmar que son medidas no tan obvias para los países de la periferia e imposibles en algunos casos. Aún con esto la universidades, las empresas y el gobierno tuvieron que impulsar estas alternativas, por ejemplo, en América Latina y el Caribe las escuelas públicas continuaron sus clases y evaluaciones en línea cuando muchas familias en esta región se encuentran en condición de pobreza o su economía depende en gran medida de los trabajos informales, por lo que no se garantizó que todos los alumnos tengan los medios digitales para realizar las actividades en línea.Por otro lado, el trabajo informal orilla a los trabajadores a romper la cuarentena y exponerse aún más al contagio a comparación de los que pudieron mantener un salario base. En resumen, la accesibilidad a internet logró amortiguar un poco la reseción económica por COVID-19, pero de acuerdo a la brecha de accesibilidad a internet los países tercermundistas continuaron siendo los más afectados, mientras que los países primermundistas obtuvieron ventaja en la reactivación de su economía.
Fuente: datos oficiales del Banco Mundial, https://www.bancomundial.org/
Este artículo fue generado mediante R en July 30, 2020 y forma parte de las actividades realizadas en las materias de Estadística y Taller IV. Facultad de Economía, Ciudad Universitaria. Contacto: contacto.estadistica.practica@gmail.com. Creative Commons (CC).
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